El “Comandante” sabía que la gerencia deportiva que lidera Marcelo Espina estaba en conversaciones con Pumas de México para lograr el concurso de Martín Rodríguez. No había mucho tiempo para negociar, ya que el libro de pases de la ANFP cerraba a las 18:30 horas.
Pasadas las 16 horas salió humo blanco: el externo acordó una mensualidad de 60 mil dólares con ByN y firmaría contrato por una temporada. El formado en Huachipato retornaba tras dejar Macul en 2016.
Sin embargo, ocurrió algo insólito que truncó el traspaso. “Estaba todo listo, al punto que después del acuerdo con Colo Colo, la U de Concepción preguntó por el jugador y le dijeron que ya tenía club. Pumas mandó los papeles, pero en Colo Colo demoraron en enviarlos a la ANFP y quedaron fuera del plazo”, sostiene una fuente ligada a las operaciones.
La defensa del Cacique apunta a que Sergio Gioino —mánager del futbolista y quien tenía la documentación correspondiente, según ellos— volvía de un viaje desde Estados Unidos y llegó una hora tarde a registrar su ficha a la ANFP. Esto es desmentido en el entorno de Rodríguez: “Los representantes no pueden inscribir a los jugadores en un club, no es su responsabilidad”.
Tampoco Valencia
Respecto de Leonardo Valencia, tiene contrato hasta junio de 2020 con Botafogo, pero el club brasileño estaba dispuesto a dejarlo partir como jugador libre a cambio de que resignara un dinero que le debían.Y así operó con ByN: en Brasil su mensualidad bordeaba los US$ 100 mil, pero con los albos pactó “menos de la mitad”, sostienen en Macul. El acuerdo era por tres años. Colo Colo pagaría el salario, sin invertir en la propiedad del pase, que quedaría en poder del jugador. Pero en las últimas horas la agencia que lo representa propuso que una vez pasados 12 meses del contrato, y en caso de recibir alguna oferta, Valencia indemnizaría al Cacique con US$ 500 mil. Si ByN no estaba dispuesto a liberarlo, se sugirió que podía comprar el 100% de su carta en idéntico monto. Colo Colo no aceptó la proposición, pese a que invirtió US$ 1 millón en Javier Parraguez y US$1,3 millones en Gabriel Costa, y desechó el negocio.