¿El apodo Serrucho se lo pusieron en Los Ángeles, Claudio?
Sí. Nadó gracias a un amigo del Juventud Bolsón. Jugábamos pichangas en cancha de tierra y yo me tiraba harto al piso. Mi amigo Víctor me bautizó así porque les daba miedo tener la pelota y que los fuera a marcar. Es feo el apodo, pero no me molesta, jajajá. Baeza tiene otro mote que define mucho mejor su desconocida personalidad. "Esteban Pavez me puso Bebé en Colo Colo. Se supone que era porque andaba molestando todo el rato. Agarraba cualquier cosa y se las tiraba a mis compañeros en el camarín. Soy bromista", asegura.
Tiene pinta de ser seriote...
Soy súper cerrado y serio cuando recién conozco a algulen. Me cuesta abrirme. Pero cuando lo hago, muestro ese lado juguetón.
¿Cuál es la broma más pesada que hizo?
En el colegio en Los Ángeles le puse una aguja en la almohada de la si la al profesor. No tuve ni que reconocerlo, ya tenía mi fama de bromista. Me suspendieron diez días. En a Casa Alba también hacíamos cosas. Le sacábamos los palitos de las camas y cuando los chicos se acostaban se iban para abajo, jajajá.
¿Está solo o acompañado?
La primera semana estuve solo, pero cuando me pasaron la casa se vino mi novia Catalina. Está acompañándome y estudiando como loca porque tiene que volver a Santiago en octubre para dar su examen de grado de ingeniería comercial.